El 23 de octubre del 2000[1], la famosa presentadora de televisión Ana Rosa Quintana hacía público un comunicado a raíz de la polémica que había suscitado su novela “Sabor a hiel”. En este comunicado aclara que, frente a la acusación de plagio (que llevó a la editorial Planeta a retirar el libro del mercado), la novela la escribió con la ayuda de un colaborador. La pregunta que surge: si ella estaba al corriente del contenido del libro, ¿cómo no se dio cuenta de los párrafos plagiados a Danielle Steel y Ángeles Mastretta?

Con esto entramos en la curiosa situación de ver publicados libros de hijos de famosas hijas de toreros, de señores del este ex-novios de famosas que apenas saben mascullar español, de presentadores y presentadoras de televisión… que se convierten en éxito de ventas por el simple hecho de tener en sus portadas, con letras muy grandes, los nombres de estos personajes. De todo esto trata «Escritor en la sombra».

Orlando de Rudder, “intelectual arrogante y pretencioso” según reza en su blog, plasma su dilatada experiencia como “negro” de todo tipo de clientes en este libro, una larga reflexión sobre el arte de escribir, pero también sobre la condición humana y sobre nuestra sociedad, fanática de las apariencias.